UCELCA comparte en esta oportunidad, un reciente comunicado de Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional. Adherimos a las ideas propuestas a lo largo del discurso, que ponen al modelo económico cooperativo como la solución que necesita nuestra sociedad.

Al comienzo, Guarco analiza el panorama económico mundial  como consecuencia de la pandemia del coronavirus. La actual crisis sanitaria hizo temblar las estructuras económicas mundiales. Comenta el líder mundial: «Es muy probable que el orden global cambie a partir de ahora. La profunda crisis sanitaria, pero también económica, financiera, social y en muchos casos política, derivará en nuevos caminos para el desarrollo de nuestras sociedades».

Precisamente, este momento de crisis nos muestra las grietas de nuestra cultura del descarte. En palabras del dirigente argentino: «La pandemia desnuda nuestra fragilidad’. Y plantea una pregunta desafiante: «¿Hasta dónde seremos capaces de torcer nuestro rumbo como civilización?»

Es entonces cuando plantea una solución conocida pero con un brillo de novedad perenne: el cooperativismo. Un movimiento que tiene gran peso a nivel mundial: «La economía cooperativa, a escala global, integra a más de mil millones de miembros y genera empleo para el 10% de la población mundial ocupada. La facturación de las 300 cooperativas más grandes es equiparable al Producto Bruto Interno de la sexta economía mundial».

Se hace necesario, habiendo visto el rol del mundo cooperativo frente a la emergencia sanitaria y la búsqueda social de apoyo en las instituciones, cambiar el paradigma de la competencia capitalista por el de la cooperación.

Así lo indica Guarco con optimismo: «Hoy queremos proponer a la sociedad que la cooperación no es sólo para la emergencia. La cooperación es el camino alternativo para construir una economía más justa, más equilibrada y, fundamentalmente, menos frágil frente a desafíos globales como la pandemia. O, muy poco más allá en nuestro horizonte, el cambio climático». Y recuerda la misión social de las cooperativas: «Organizamos empresas para satisfacer nuestras necesidades comunes, cuyo principio ordenador no es el lucro sino la ayuda mutua, y cuya eficiencia es resultado del control democrático de sus integrantes, trabajadores, consumidores o productores».

A través del empoderamiento de los ciudadanos es como se logrará una economía más equilibrada. Así lo confirma el presidente de la Alianza Cooperativa Internacional: «No alcanza tampoco el funcionamiento de los mercados para garantizar la libertad, si no contamos con organizaciones de la sociedad civil que democraticen el poder económico».

Por último, destaca la importancia de poner la Solidaridad como cimiento de nuestra sociedad. Y concluye con esperanza: «Por eso auguro, a pesar del dolor y la incertidumbre que hoy nos atraviesan, que seremos capaces de forjar una nueva era global, un destino común con valores y principios cooperativos».